Hay chavales y chavalas que piensan que
por ser consumidores habituales de cannabis, vamos por fumar porros,
consideran que lo saben todo sobre este tema.
Bueno... no se puede negar que la
experiencia con el uso de una sustancia genera cierto tipo de
conocimiento, pero este está cargado de subjetividades y
frecuentemente mezclado con mitos y creencias erróneas.
Es por ello que nos animamos a lanzar
una nueva bola de nieve sobre los porros con este grupo.
En la sesión de formación aprendieron
cosas que en sus propias palabras “les parecieron muy
interesantes.” como por ejemplo que la mayor parte de hachís que
se puede comprar en la calle es de una calidad muy pobre porque en
Marruecos (que es de donde procede ) en general tanto el cultivo de
la hembra de cannabis sativa, la recolección y almacenamiento del
hachís se producen en unas condiciones que no favorecen para nada
una concentración alta de THC, y a eso hay que añadir que los
grandes traficantes no se caracterizan precisamente por sus
escrúpulos a la hora de adulterar el producto, a veces con
sustancias que pueden ser altamente perjudiciales para la salud del
que lo consume.
Otro mito habitual que desterramos en
esta sesión es el de que fumar porros sea más saludable que fumar
tabaco. Para empezar porque la mayoría de la veces ambas sustancias
se mezclan, a eso hay que añadir el uso de filtros totalmente
ineficaces (como son los de cartón o “mora”) y unas pautas de
consumo que se caracterizan por caladas más profundas y mayor
retención del humo en los pulmones. Creemos que para estos jóvenes
consumidores es conveniente conocer que el empleo de filtros
industriales reduce la cantidad sustancias nocivas que llegan al
sistema respiratorio y que la retención de humo sólo sirve para que
permitir que el alquitrán llegue a las partes más profundas de los
bronquios.
Por supuesto también salió el tema
del cannabis terapéutico; como siempre asociado a la idea de que “si
los porros son un medicamento es que son buenos.” Así que hay que
explicarles las trampas que tiene este planteamiento. En primer lugar
estaría el hecho de que ningún médico receta porros sino unos
comprimidos que contienen THC y en segundo lugar y más importante
que no cura nada, sino que se usa para aliviar ciertas molestias
asociadas a algunos tratamientos.
Pero bueno, todo esto no serviría de
nada si empleásemos el mismo lenguaje que estoy usando yo en esta
entrada. Así que os dejo con la postal (que junto a una encuesta)
servirá a los participantes para difundir lo que han aprendido entre
sus amigos.